In the context of the latest research on Altamira cave and museum, Xurxo Ayán had the opportunity to study the visitors’ book of the cave. In an excellent essay about memory, politics and archaeology, the author delves into the image of the cave, the past and the Spanish society of the last decade. Ten years that have been a rollercoaster for Spanish society, but also for Altamira. Through the comments of famous and anonymous visitors, the book offers a unique view of a country where memories of the recent past are still fresh, merged with the remains of human experience. Humour and astonishment through the 13,000 pages of a visitors’ book concentrated in a scathing but rigorous analysis. “Ordering the noise before the bison escapes scared by the threat of an earthquake”. SPANISH DESCRIPTION: Hurón, un feriante, y Migra, un policía de fronteras, se encuentran en La ciénaga, un charco inmenso repleto de funestos presagios. Hurón se ha acercado a rezar por un hermano que perdió en aquellos parajes. Migra ha acudido para controlar de cerca los vaivenes de los turbios asuntos que se trae entre manos y que tienen que ver con el tráfico de personas, con la explotación de los emigrantes y con el rechazo de los refugiados. Los acontecimientos nos hacen descubrir la relación entre la desaparición del hermano de Hurón y los negocios de Migra. Nadie se salva en la frontera. Afirma en el prólogo Raúl Cortés: "Retrato de nuestro tiempo, La ciénaga es estupor y es lamento, dolor ante la incomprensible herida sangrante del otro, del desterrado, del extranjero. Es una incómoda y necesaria pregunta. Urge hoy un teatro valiente, como La ciénaga, y autores arrojados, como Antonio Miguel Morales, capaces de abismarse en los vacíos que han dejado la fi losofía, el propio arte e incluso, la religión -profundidades a las que rehúye gran parte del teatro actual- para atravesar las brumas y llegar allí donde la creación se hace zozobra." Junto a La ciénaga, en el interior de un cortijo, María Selva, embarazada, espera la llegada de El extranjero. Mientras tanto, en las proximidades, se celebra una verbena con charanga, noria, algodones de azúcar y buñuelos de chocolate.